Protectores solares con glow, los favoritos de aquellas que lo quieren todo: protección y piel hidratada e iluminada

Ha oído hablar de ellos, y lo entendemos porque son la nueva obsesión de las amantes de la belleza. Los protectores solares con glow son esa mezcla perfecta entre cuidado y maquillaje. Su fórmula cumple una misión doble (o triple): blindar la piel frente a los rayos UV, hidratar en profundidad y dejar ese halo de luz sutil y favorecedor que embellece sin cubrir. Son, en pocas palabras, un gesto sencillo que logra una piel protegida, luminosa y con efecto buena cara instantáneo.

Este tipo de solares suele estar enriquecido con ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico o la glicerina, además de pigmentos iluminadores —a veces nácar, a veces reflejos dorados— que elevan la piel al terreno del glow saludable sin llegar a ser maquillaje. Ideales para todo tipo de pieles, funcionan especialmente bien en pieles secas, maduras o apagadas, aunque las versiones oil-free también hacen maravillas en pieles mixtas.

¿El truco para usarlos bien? Aplicarlos como último paso de la rutina de cuidado facial, con generosidad, y reaplicarlos cada dos horas si vas a estar al sol. En ciudad, bastará con uno que combine protección alta (mínimo SPF 30), buena formulación y ese toque glow que hace que la piel parezca más descansada.

Es uno de los favoritos por una razón: hidrata, protege y deja la piel con un brillo saludable que funciona tanto como prebase como si decides no maquillarte. Tiene niacinamida y ácido hialurónico, ingredientes que calman y mejoran la textura con el tiempo. Su fórmula ligera es apta para todo tipo de pieles y ha pasado controles dermatológicos exigentes.

Es uno de los protectores solares con mejor textura del mercado: acuosa, ultraligera y con absorción inmediata. Lo que lo diferencia es su efecto glow real, pero sin brillos exagerados. Su fórmula incluye antioxidantes que ayudan a combatir el daño solar desde dentro. Ideal si tienes la piel apagada o buscas un producto que se funda con la piel como una hidratante con luz propia.

Este protector solar facial va más allá de proteger. Hidrata, reafirma e ilumina al instante. Su efecto lifting es visible, lo que lo hace perfecto para quienes buscan algo más que un SPF. Está formulado con extractos vegetales como el ginseng y el Lithops, que refuerzan la estructura de la piel y mejoran su tono. Además, su textura ligera lo hace cómodo para uso diario en rostro, cuello y escote.

Perfecto si buscas un protector solar que actúe como primer antes del maquillaje. Con ácido hialurónico y vitaminas C y E, hidrata, protege y da un toque luminoso a la piel sin sensación grasa. Su textura se adapta bien a todo tipo de pieles y deja un acabado jugoso, ideal para quienes quieren simplificar su rutina sin perder eficacia ni resultado estético.

Finalmente, esta opción es una de mis favoritas porque está pensada para las pieles más sensibles o reactivas. Su fórmula en sérum es ligera, con ingredientes calmantes como aloe vera y fermentos probióticos.

Aporta luminosidad y protege con filtros solares eficaces, sin renunciar al cuidado antioxidante gracias al extracto de cacao y al Árbol de la Vida. Ideal si buscas un SPF diario con acabado natural y piel de buena cara al instante.